La virtualidad es una cualidad que ha ido incorporando el dinero a lo largo de los tiempos. Desde los tiempos en el que el dinero era tan sólido como los metales que desempeñaban esa función (cobre, plata u oro), el dinero ha ido pasando a ser más etéreo. Los juegos informáticos de simulación han dado un giro de tuerca a este proceso con dinero virtual para comprar productos virtuales pero que cotiza diariamente con el dólar.
Marco Polo descubrió los billetes bancarios en sus viajes al lejano oriente. Realmente se trataba de pagarés a cuenta del tesoro de los mandatarios chinos. Con ese papel se tenía derecho a recibir metales preciosos. Pero cuando los Polo llegaron a Venecia y mostraron esos billetes sus vecinos no consideraron su valor. Incluso los quemaban para reflejar que algo tan endeble no podía tener valor. Una moneda de oro resistía al fuego, al agua o a las caídas pero esos trozos de papel no podía ser dinero real.
Pero el tiempo pasó y los billetes sí fueron valorados y aceptados en Europa para el intercambio de productos. Los ciudadanos entendían que esos billetes tenían el mismo valor que la cantidad que aparecía reflejada en ellos. Después de todo se podía acudir al banco emisor con esos billetes para canjearlo por el metal precioso en la equivalencia acordada.
El siglo pasado se produjo un cambio en el sistema monetario y los billetes dejaron de ser equivalente por metal precioso alguno. En ese momento surgieron voces que anunciaban que ese dinero ya no era real, que no tenía valor. Decían que era aceptada exclusivamente por el poder coercitivo que ejercía el Estado para obligar a sus ciudadanos a utilizarlo al no representar cantidad de oro alguno. Hay que tener en cuenta que el oro había sido el dinero por antonomasia durante siglos. Pero esa postura no parece reflejarse en el uso de esos dólares sin respaldo aurífero en los mercadillos asiáticos, lejos de cualquier poder coercitivo del gobierno estadounidense.
Después llegó el dinero electrónico. Resultaba extraño sustituir papeles y monedas donde aparecía impreso su valoración por simples trozos de plásticos. No faltaron las desconfianzas de los establecimientos que con esta innovación dejaban de poder “tocar” la recaudación que habían logrado después de un duro día de trabajo. Y todavía llegaría a desaparecer ese último reducto físico del dinero con la llevada de internet. El comercio electrónico ya no precisa ni siquiera de presentar el trozo de plástico y ya es habitual adquirir libros, billetes de avión o cualquier objeto mediante la simple introducción de unos números en el ordenador.
Parecía que no se podía llegar a más virtualidad en asuntos monetarios hasta que surgió Second Life. Se trata de un juego de simulación en las que los jugadores asumen un determinado personaje en un mundo virtual. La interacción se produce con otros personajes controlados por otros jugadores por lo que concurren numerosos jugadores. Más concretamente existen más de dos millones y medio de personajes denominados residentes en la nomenclatura del juego.
Al recrear un mundo virtual alternativo, los programadores no han descuidado ningún detalle e incluso han creado una moneda propia, el dólar Linden, que permite adquirir bienes existentes en ese mundo. Pero el sistema no es como el de Paypal que actúa para facilitar las transacciones electrónicas y está denominado en dólares americanos, sino que sirve como unidad de cuenta. El dólar Linden cotiza diariamente con el dólar americano y varía su precio igual que cualquier otra moneda. Por tanto aquellos que canjeen sus dólares americanos por dólares Linden se pueden encontrar que la cotización haya cambiado cuando quieran volver a convertirlos a la moneda original, con la consiguiente pérdida o beneficio.
En el blog de Second Life han mostrado recientemente la cotización de su moneda desde su creación. Después de un comienzo tormentoso, la cotización se ha mantenido estable e incluso con un ligero descenso. Y eso a pesar de que la comunidad de Second Life tiene un crecimiento exponencial lo que provoca una presión compradora de Linden Dólar en perjuicio del Dólar Americano. Esto no se traduce en una revalorización del Linden Dólar debido a que los creadores están aumentando la masa monetaria al ritmo que crece la economía de Second Life al más puro estilo de un banco central.
Vernon Smith recibió el Premio Nobel de Economía en 2002 por haber establecido los experimentos de laboratorio como un instrumento en el análisis económico empírico. Tal vez internet pueda convertirse en el mayor laboratorio donde estudiar las consecuencias de nuevas medidas en una economía virtual.
Marco Polo descubrió los billetes bancarios en sus viajes al lejano oriente. Realmente se trataba de pagarés a cuenta del tesoro de los mandatarios chinos. Con ese papel se tenía derecho a recibir metales preciosos. Pero cuando los Polo llegaron a Venecia y mostraron esos billetes sus vecinos no consideraron su valor. Incluso los quemaban para reflejar que algo tan endeble no podía tener valor. Una moneda de oro resistía al fuego, al agua o a las caídas pero esos trozos de papel no podía ser dinero real.
Pero el tiempo pasó y los billetes sí fueron valorados y aceptados en Europa para el intercambio de productos. Los ciudadanos entendían que esos billetes tenían el mismo valor que la cantidad que aparecía reflejada en ellos. Después de todo se podía acudir al banco emisor con esos billetes para canjearlo por el metal precioso en la equivalencia acordada.
El siglo pasado se produjo un cambio en el sistema monetario y los billetes dejaron de ser equivalente por metal precioso alguno. En ese momento surgieron voces que anunciaban que ese dinero ya no era real, que no tenía valor. Decían que era aceptada exclusivamente por el poder coercitivo que ejercía el Estado para obligar a sus ciudadanos a utilizarlo al no representar cantidad de oro alguno. Hay que tener en cuenta que el oro había sido el dinero por antonomasia durante siglos. Pero esa postura no parece reflejarse en el uso de esos dólares sin respaldo aurífero en los mercadillos asiáticos, lejos de cualquier poder coercitivo del gobierno estadounidense.
Después llegó el dinero electrónico. Resultaba extraño sustituir papeles y monedas donde aparecía impreso su valoración por simples trozos de plásticos. No faltaron las desconfianzas de los establecimientos que con esta innovación dejaban de poder “tocar” la recaudación que habían logrado después de un duro día de trabajo. Y todavía llegaría a desaparecer ese último reducto físico del dinero con la llevada de internet. El comercio electrónico ya no precisa ni siquiera de presentar el trozo de plástico y ya es habitual adquirir libros, billetes de avión o cualquier objeto mediante la simple introducción de unos números en el ordenador.
Parecía que no se podía llegar a más virtualidad en asuntos monetarios hasta que surgió Second Life. Se trata de un juego de simulación en las que los jugadores asumen un determinado personaje en un mundo virtual. La interacción se produce con otros personajes controlados por otros jugadores por lo que concurren numerosos jugadores. Más concretamente existen más de dos millones y medio de personajes denominados residentes en la nomenclatura del juego.
Al recrear un mundo virtual alternativo, los programadores no han descuidado ningún detalle e incluso han creado una moneda propia, el dólar Linden, que permite adquirir bienes existentes en ese mundo. Pero el sistema no es como el de Paypal que actúa para facilitar las transacciones electrónicas y está denominado en dólares americanos, sino que sirve como unidad de cuenta. El dólar Linden cotiza diariamente con el dólar americano y varía su precio igual que cualquier otra moneda. Por tanto aquellos que canjeen sus dólares americanos por dólares Linden se pueden encontrar que la cotización haya cambiado cuando quieran volver a convertirlos a la moneda original, con la consiguiente pérdida o beneficio.
En el blog de Second Life han mostrado recientemente la cotización de su moneda desde su creación. Después de un comienzo tormentoso, la cotización se ha mantenido estable e incluso con un ligero descenso. Y eso a pesar de que la comunidad de Second Life tiene un crecimiento exponencial lo que provoca una presión compradora de Linden Dólar en perjuicio del Dólar Americano. Esto no se traduce en una revalorización del Linden Dólar debido a que los creadores están aumentando la masa monetaria al ritmo que crece la economía de Second Life al más puro estilo de un banco central.
Vernon Smith recibió el Premio Nobel de Economía en 2002 por haber establecido los experimentos de laboratorio como un instrumento en el análisis económico empírico. Tal vez internet pueda convertirse en el mayor laboratorio donde estudiar las consecuencias de nuevas medidas en una economía virtual.
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