Tenía que pasar. Los Simpsons arrasan. Primero Nature dedicó un artículo a los diez momentos más científicos de la serie televisiva. Después Harper’s Bazaar vistió a toda la familia con los modelos de los principales diseñadores. Y ahora no podía faltar el Financial Times dedicando un artículo a la ciudad donde viven los Simpsons.
La ciudad tiene un especial atractivo para los inversores debido a sus extraordinarias condiciones. Springfield tiene 30.000 habitantes y dispone de su propia central nuclear, un aeropuerto internacional, una empresa cervecera que opera globalmente (Duff) y una exitosa industria del entretenimiento. Existen 88 bares y restaurantes, 23 hoteles y tres parques temáticos. El hombre más rico es Charles Montgomery Burns, propietario de la central nuclear, con una fortuna de 16,8 billones de dólares según cálculos de Forbes. Otro importante hombre de negocios de la ciudad es Krusty el payaso cuyos negocios abarcan cereales, muñecos, test de embarazos y la cadena de hamburgueserías de mayor éxito.
Cara al futuro, la ciudad se enfrenta a la desventaja de la escasa cualificación de su población y a la incertidumbre del futuro de la central una vez que desparezca el señor Burns. Otro handicap es la deficiente red de infraestructuras tras el fallido proyectos del monorraíl. De todas maneras el sector turístico puede tener un largo recorrido en la ciudad siempre que logre mejorar su respeto por el medio ambiente con mejoras en la central nuclear y la eliminación del fuego en el depósito de neumáticos que ha sido una de las señas de identidad de la población.
Aquí el análisis completo en inglés y aquí en alemán.
La ciudad tiene un especial atractivo para los inversores debido a sus extraordinarias condiciones. Springfield tiene 30.000 habitantes y dispone de su propia central nuclear, un aeropuerto internacional, una empresa cervecera que opera globalmente (Duff) y una exitosa industria del entretenimiento. Existen 88 bares y restaurantes, 23 hoteles y tres parques temáticos. El hombre más rico es Charles Montgomery Burns, propietario de la central nuclear, con una fortuna de 16,8 billones de dólares según cálculos de Forbes. Otro importante hombre de negocios de la ciudad es Krusty el payaso cuyos negocios abarcan cereales, muñecos, test de embarazos y la cadena de hamburgueserías de mayor éxito.
Cara al futuro, la ciudad se enfrenta a la desventaja de la escasa cualificación de su población y a la incertidumbre del futuro de la central una vez que desparezca el señor Burns. Otro handicap es la deficiente red de infraestructuras tras el fallido proyectos del monorraíl. De todas maneras el sector turístico puede tener un largo recorrido en la ciudad siempre que logre mejorar su respeto por el medio ambiente con mejoras en la central nuclear y la eliminación del fuego en el depósito de neumáticos que ha sido una de las señas de identidad de la población.
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