Ir al contenido principal

Freakonomics: de administrar la escasez a gestionar incentivos

Los best-seller de economía suelen ser entretenidos e intranscendentes. A primera vista el libro ‘Freakonomics’ de Levitt y Dubner podría encajar en esa definición sino fuera por la visión que ofrece de lo que la economía puede aportar.

Probablemente ninguna ciencia ha sido tan perjudicada por una definición como la economía. Cuando a principios del siglo XX, Robbins relacionó la economía con la administración de la escasez clavó un puñal en lo más profundo de su futuro. De esta manera dio carta de naturaleza a una de las mayores falacias sobre las que se asienta la economía: la existencia de escasez que provoca relaciones de suma cero.

El éxito de la definición de Robbins se produjo a pesar que la historia ya había desenmascarado las previsiones de Malthus consistentes en que la producción de alimentos resultaría escasa y no podría satisfacer el incremento de la población.

Lo que ni Malthus ni Robbins tuvieron en cuenta fue que la capacidad de ingenio del ser humano no es escasa ni limitada. Así la producción de alimentos ha evolucionado hasta lograr que su coste se redujese y aparecieran excedentes. Las innovaciones en los medios de transporte o en los sistemas productivos han tenido caminos parejos con incrementos de productividad espectaculares. La prosperidad de los países se ha visto más ligada al ingenio de sus ciudadanos que a la escasez o no de sus recursos.

Una de las lagunas a la hora de definir qué es economía reside en olvidar la etimología de la propia palabra que proviene de oikos (patrimonio o casa) y nomos (regla). Esa definición serviría tanto para la administración de empresas como para la economía como administración de un país.

El libro ‘Freakonomics’ aborda interesantemente un aspecto vital para la administración de una empresa o de una nación, es decir, para la propia economía: la gestión de los incentivos. El libro explica diversos fenómenos no tanto en base a datos, algunos de los cuales se podrían considerar endebles, sino averiguando los incentivos que cada persona tiene para actuar de una manera particular.

Un ejemplo de lo expuesto en el libro es el caso de una escuela infantil que para evitar la dilación en la llegada de los padres en recoger a sus hijos decide aplicar un incremento en las cuotas por cada retraso. Pero el resultado es el contrario del deseado. Los padres tenían un fuerte incentivo para recoger a la hora a sus niños debido a su mala conciencia por los inconvenientes causados. Al imponer un precio por el retraso, los padres consideraron retribuido ese malestar por lo que se relajaban en la hora de recogida de sus hijos.

El libro recoge numerosos casos más. Al final cada persona que comparta un país (sea político, contribuyente o beneficiario de una acción estatal) o tenga relación con una empresa, (sea como proveedor, cliente o trabajador) persigue sus propios fines. Para maximizar la utilidad obtenido por todos ellos deberemos centrarnos en sus motivaciones para trabajar, comprar, vender,… Los autores de ‘Freakonomics’ nos enseñan a seguir la pista de los incentivos en un libro realmente interesante.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La crisis contada como un cuento de hadas

Érase una vez en un país no muy lejano una joven crédula llamada Consuminicienta que no tenía suficientemente dinero para comprar todas las cosas encantadoras que quería. Pidió ayuda a su hada madrina, la cual llamó a un hombre llamado Botinskin que afirmaba poder convertir paja en oro hilándola. Botinskin envió la fórmula al hada madrina para hacer ese hechizo. Pero fue escrita con una letra tan diminuta, tan diminuta que le costaba verla. Por lo que el hada no lo leyó, confiando que la Comisión Nacional del Mercado de los Hechiceros la hubiera verificado. Ante la posibilidad de obtener una gran rentabilidad con el hechizo, la hada madrina compró toda la paja que había en el mercado y también se comprometió a comprar a los granjeros las siguientes cosechas a través de un contrato de futuro. Tan satisfecha estaba con los negocios que estaba haciendo que accedió a prestar a Consuminicienta el dinero que precisaba para ir a una fiesta a la que estaba invitada. Pero no sólo le dio ese

Las Tesis más cortas

Cuando veo tesis muy voluminosas siempre me pregunto si alguien las habrá leído. Muchas de ellas acaban convertidas en libros con muchas menos páginas pero mucho más legibles. Incluso hay autores que logran transmitir sus ideas convirtiendo sus tesis en artículos, lo que supone una comprensión mucho mayor. Pero no todas las tesis son kilométricas, Ángel hace un repaso en su blog sobre las tesis más cortas de la historia. El record lo posee Gianluca Tempesti que en 1989 presentó una tesis en la Universidad de Princeton de sólo tres páginas. La longitud de las tesis parece no guardar relación con el éxito de la teoría defendida si atendemos a que la tesis de John Nash , nobel de economía, tenía apenas 27 páginas. ¡Y tiene sólo dos referencias bibliográficas! Pero de la misma manera que la extensión de una tesis no garantiza su bondad tampoco su brevedad lo hace.