El nombre de la empresa participada por Iberia que se especializará en los vuelos baratos pone de nuevo de actualidad el debate que se produjo antes del estallido de la burbuja tecnológica. En aquella época los inversores debían decantarse entre los ‘clicks’, las nuevas empresas que aparecían al rebufo de internet, y los ‘bricks’, aquellas empresas presentes en sectores tradicionales. Los denominados ‘bricks’, palabra inglesa para el ladrillo, basaban su fortaleza en los activos. Por el contrario las empresas tecnológicas tenían su punto fuerte en una idea surgida de un emprendedor y plasmada en la red, pero que no podía cuantificarse en los estados contables. En la mayoría de ocasiones los proyectos habían comenzado con escasas inversiones y acumulaban continuas pérdidas. Esta situación planteaba enormes dificultades a los analistas para valorar este tipo de empresas. Se llegó al extremo de valorarlas según el número de visitas que tuviesen, al considerar que los ingresos llegarían ...
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